Unos arriesgados navegan con una aplicación sobre sus encrespadas olas, tratando de sacar el mejor provecho. Otros sumergen sus multinacionales laboratorios audiovisuales para explorar nuevas criaturas innovadoras.
Mientras tanto los reguladores se debaten en si se debe liberar, detener, o estancar y filtrar el contenido audiovisual, la misión sería ¿regular o auto-regular?
La televisión va hacia unos desarrollos impredecibles que implica cambios en la manera de ver este medio, un cambio en la “televidencia” e innovación a sus contenidos.
Los niños y los jóvenes son prosumidores, están encontrando pertinencia en la convergencia, producen, emiten y cuestionan materiales audiovisuales, saben por intuición qué hay bajo las aguas digitales, se están redefiniendo en sus gustos tecnológicos, en cómo usar sus dispositivos o pantallas, están imponiendo nuevas modalidades de pescar contenidos.
Es labor de los reguladores acertar hacia dónde van las audiencias, el reto es definir la televisión y redefinirnos como televidentes.